miércoles, 16 de noviembre de 2011

Caperucita Roja

El mago Merlín nos ha pedido una nueva redacción y yo he decidido contaros una historia que me contó una pequeña pulga que me encontré un día mientras patinaba por cuentos antiguos. Aquí os la dejo para que el que quiera pueda ponerse los patines y leerla:

Me despertó un horrible estruendo, como de tormenta. Me levanté rapidamente todavía desorientada por el repentino despertar. Cuando me di cuenta de qué había producido el ruido, me eché a reír.

-Como decía mi madre, que en paz descanse, ninguna pulga debería dormir cerca de la barriga en época de hambre-murmuré, hablando sola-.Pero este lobo siempre pasa hambre, tal vez debería mudarme.

Brinqué hasta la cabeza de mi lobo, dándome cuenta de que estaba en tensión, probablemente planeando algo para conseguir comida. Y ya era hora, su sangre ultimamente no contenía nada de proteínas, ya me temía que se fuese a volver vegetariano. Me acerqué a su oreja y le dije:

-Hola, lobito feroz, ¿vas a dejar ya tu dieta?

-Calla, pulga molesta, y déjame en paz.

Una de sus patas traseras se acercó a mí rapidamente, pero pude esquivarla e insistí:

-¿Planeas comer algo algún día? Lo de adelgazar está bien, pero te estás pasando. ¿O es que no eres capaz de cazar? Bueno, todo el mundo se hace viejo, es normal que estés perdiendo reflejos.

-Para tu información, bicho del demonio, ahora mismo estoy pensando un plan, que si sale bien, me dará varias presas. ¿Ves a esa niña de ahí? Va a ver a su abuela, la oí hablando con su madre. Me comeré a la cría y a la anciana..

-Una anciana, ¿serás capaz? A lo mejor corre más que tú.

No me contestó, se limitó a dar un gruñido. Luego, se dirigió a donde estaba la chica (que llevaba una bonita capa roja) y empezó a hablar con ella. Fui testigo de como la engañaba para que cogiese un camino más largo y conseguía la ubicación de la casa de la abuela.

"-Que niña más tonta-pensé-, casi se merece que mi lobo la mate."

Poco después estábamos en casa de la abuela, que muy inteligente tampoco debía de ser, porque había dejado la puerta abierta. La anciana, asustada por la aparición del lobo, se escondió en el armario. Mi lobo se puso su ropa (soportando muchas burlas mías por esto) justo antes de que llegase la cría.

La niña de la capa roja se puso a hacerle al lobo cientos de preguntas sobre lo raros que estaban sus ojos, sus orejas, su boca... Hasta que mi lobito feroz se hartó y se lanzó hacia ella. Resultó que yo tenía razón y estaba algo viejo, por lo que la niña consiguió esquivarle y encerrarse en el armario en el que ya estaba su abuela. 

Mi lobo, muerto de hambre, empezó a aullar, desconsolado. Me alejé de su cabeza para no destrozarme los oídos con el ruido y me fijé en que por la puerta de la casa de la abuela había entrado un hombre. Un hombre con una escopeta que apuntaba a mi lobo.

Grité para advertirle pero con sus aullidos no me oyó. Sonó un disparo y mi lobo cayó muerto.

Desde entonces vivo en ese hombre, picándole constantemente para vengarme por lo que le hizo a mi lobo. Parece ser que, aunque me burlaba constantemente de él, le tenía algo de cariño a ese saco de huesos hambrientos.




7 comentarios:

  1. me ENCANTA esta historia!!! y....¿donde conociste a esa pulga tan maja? , las que yo conozcon son másbien groseras y molestas....Pero desde ahora seré más considerada con ellas por si me cuentan algún cotilleo interesante.
    con cariño:
    incógnita

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  2. Me alegró que te haya gustado. Es cierto que la mayoría de las pulgas son insoportables, pero tuve suerte con esta. Te recomiendo hacerles mucho la pelota, así se vuelven más simpáticas.
    Patines.

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  3. Hola Patines!
    Me ha gustado mucho tu relato, es muy sorprendente. Me gustó mucho la parte en la que a la pulga le parece que Caperucita es tonta, a mí siempre me lo pareció, desde la primera vez que oí el cuento. Me ha encantado sobre todo las burlas de la pulguita, y sobre todo la de " Una anciana. Seguro que podrás con ella? A lo mejor corre más que tú". Fue muy gracioso. De ahora en adelante le tendré más respeto a las pulguitas, aunque esta al final parece que el lobo le importaba. Una buena pulquita honrada. Felicidades por este estupendo relato.
    Recuerdos desde mi mundo romántico.
    Tom

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  4. Muy bien, patines. La pulga es un estupendo narrador. Aunque como casi todo narrador, al fin y al cabo, sobre todo, nos habla de sí misma. En su relato, más interesante que la historia de Caperucita es la de su relación con el viejo lobo.
    Saludos, patinadora.

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  5. Gracias a los dos por comentar.
    Tom, no estoy del todo segura de que la pulguita sea del todo buena, hay que tener en cuenta que se queda a vivir en el hombre ese para hacerle sufrir picándole.
    Mago Merlín, le diré a la pulga que has dicho que es buena narradora, se pondrá muy contenta al oír eso. Aunque yo pienso que para ser buen narrador hay que prestar un poco más de atención a lo que pasa a tu alrededor en vez de centrarse solo en tus pensamientos. La pulga no se fija mucho en la conversación del lobo con Caperucita, se limita a decir que es tonta. Es lo malo de hablar con pulgas, solo piensan en si mismas.
    Un saludo
    Patines.

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  6. Estimado/-a señorito/-a PatinesEnLínea:
    A pesar de que este relato ya es un clásico, ha conseguido usted darle un toque de genialidad y novedad. Me sorprendió un poco el final, porque, al parecer, la pulga y el lobo no se llevaban tan mal. Aun así, me gustó que la pulga vengase la muerte del lobo.
    En pocas palabras, un relato sencilamente maravilloso.
    Desde el anonimato,
    un compañero suyo.

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  7. Muchísimas gracias, aprendiz pitagórico, me alegra el hecho de que le haya gustado mi relato. Espero que lea los próximos, yo leeré los suyos.
    Un saludo,
    Patines.

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